Situaciones en las que se hace
patente la falta de ética,
La situación actual por la
que atraviesan las diferentes sociedades del mundo, en donde cada día se
aprecia una distribución más segregada de la riqueza y una falta de valores
morales ha sido causada por los programas educativos del pasado.
La vida moderna, basada en el individualismo a
nivel profesional requiere la recuperación de la ética y los valores sociales
en la educación superior.
Sin duda, son muchos los problemas que aquejan a la
educación superior en México. Sería cuestión de varias tesis el explicar la
naturaleza de cada uno de ellos y la relación que tienen entre sí.
Sin embargo, uno de los que pueden tener mayores
repercusiones a futuro es la falta de una efectiva formación ético-social en
los estudiantes de educación superior. Resulta indispensable revisar cuál ha
sido el papel de la universidad ante un mundo que ofrece un panorama donde
aspectos como la ética y los valores
universales no tienen cabida.
Antecedentes de la
educación superior en México
A principios de los años setenta, México sufrió una transformación en lo
que a la educación se refiere. El aumento de la matrícula estudiantil hizo que
los presupuestos gubernamentales resultaran insuficientes, y si a eso se le
agrega la falta de voluntad política por parte del Gobierno, el problema se
agudizó. La vida moderna, basada en el individualismo a nivel profesional
requiere la recuperación de la ética y los valores sociales en la educación
superior.
Sin duda, son muchos los problemas que
aquejan a la educación superior en México. Sería cuestión de varias tesis el
explicar la naturaleza de cada uno de ellos y la relación que tienen entre sí.
Sin embargo, uno de los que pueden
tener mayores repercusiones a futuro es la falta de una efectiva formación
ético-social en los estudiantes de educación superior. Resulta indispensable
revisar cuál ha sido el papel de la universidad ante un mundo que ofrece un
panorama donde aspectos como la ética y los valores
universales no tienen cabida.
La ética, una carencia
profesional en los universitarios
La falta de una formación ética y social en el
estudiante universitario es una cuestión a la que hay que ponerle especial
atención. Las funciones de la universidad son, entre otras, la docencia, investigación
y la extensión, además de la difusión de la cultura, manifestadas en la misión
de cada una de las instituciones. Sin embargo, la vida moderna ha hecho a un
lado esas premisas básicas, reduciendo aspectos como la ética y los valores a
un par de materias en los programas escolares, que el estudiante considera “de
relleno”; o a través de un “servicio social”, que el universitario puede
liberar archivando papeles en la oficina de una empresa.
¿Y la sociedad? Pablo Latapí planteaba que si
siempre se ha esperado de las universidades una función educativa en el orden
de los valores -que hoy, elegantemente, se denomina conciencia crítica-,
también debería exigirse de sus estudiantes, docentes, investigadores y
administradores, actitudes coherentes con esta función.
El docente es un
transmisor de conocimientos y formador de personas
Para que esto sea posible, se requieren dos condiciones: que el
docente se convenza de que su misión no es únicamente ser un facilitador del
conocimiento, sino también un formador; y la segunda es que el docente se
prepare en esos ámbitos de la formación integral del universitario, pues no
basta “informar” a la inteligencia, es preciso también “formar” la voluntad de
los estudiantes. Puede resultar contraproducente para la formación del
universitario el brindarle conocimientos “de avanzada” sin hacerlo reflexionar
de las implicaciones que tiene el conocer esa información, es decir no hacerlo
consciente de la responsabilidad que adquiere con ese conocimiento.
¿Cómo impulsar este reto de recuperar las bases éticas y sociales
en las universidades?
Hay que partir de cuatro puntos:
- Devolver
al servicio social la dignidad para lo que fue creado, que el estudiante
emplee sus conocimientos donde más se necesiten.
- El
servicio social debe estar contemplado en los procesos de renovación de
conocimientos que cada egresado debe hacer para refrendar y conservar el
título universitario.
- Incluir
las implicaciones éticas y sociales que tiene cada asignatura en los
programas de estudio.
- Agregar
en el currículo de las escuelas tecnológicas la formación ética y social,
es precisamente en esas áreas de conocimiento donde se es más susceptible
a la automatización.
La formación integral de los universitarios asegura en el futuro
líderes con bases morales sólidas y mejor preparados para la toma de decisiones
que harán en el futuro. De ahí la urgencia de poner la atención necesaria.